
La isla de Mallorca es el escenario elegido por Lorenzo Silva para situar la trama de esta novela que podemos calificar de género negro, de misterio o detectivesco.
A éste lugar serán enviados el Sargento Bevilacqua y la guardia Chamorro para investigar el asesinato de una joven y bella mujer, cuyo cuerpo ha sido hallado en su chalet en extrañas circunstancias. Los investigadores se harán pasar por una pareja de turistas en busca de sol, playa y diversión nocturna, con el objeto de entrar en el círculo de conocidos de la víctima. Desde este punto de partida se va desarrollando la trama.
Lo mejor del libro, los personajes, sobre todo, el protagonista, un detective rondando la madurez, solitario, culto, desengañado, irónico, con apariencia de duro y con un punto tierno. Lo veo como un policía a lo "Bruce Willis", por encima de formalidades y legalismos, en busca de la justicia con mayúsculas. El contrapunto, como debe ser, su compañera Chamorro, mujer joven, inteligente, correcta, un poco encorsetada y rígida, quizá por ser hija de militar.
Muy bien trazados asimismo, los personajes secundarios, los guardia civiles del pueblo, los lugareños, la camarera flaca y tetuda, el pinchadiscos, los superiores del sargento...
La novela, ágil y amena, está muy bien escrita, se lee facilmente, con descripciones cortas y un uso coloquial del lenguaje por parte de los personajes que te permiten vivir las situaciones como si fuesen reales.
En definitiva, el libro me gustó y os lo recomiendo, como literatura sin pretensiones.